La reducción de pecho es una intervención quirúrgica para la disminución del tamaño de las mamas de acuerdo a las necesidades y deseos de la paciente. Es un procedimiento cada día más común entre mujeres con senos muy grandes.
Las mamas con demasiado volumen pueden generar incomodidad y convertirse en problemas de salud, provocando dolor en la espalda y en el cuello. Así como irritación en la piel y dificultad para respirar. Una mamoplastia podría ser la solución.
La operación de mamoplastia de reducción es un procedimiento de extirpación de tejido mamario, grasa y piel del pecho para conseguir mamas más pequeñas y proporcionadas. En algunos casos, el procedimiento incluye la reconstrucción de la areola del pezón.
Esta intervención tiene un enfoque estético, pero con un gran impacto en la calidad de vida del paciente y en su bienestar a largo plazo. Para conseguir el éxito, la operación deberá ser realizada por un cirujano plástico certificado y de gran experiencia.
La mamoplastia de reducción es una cirugía indicada para mujeres con mamas grandes que desean disminuir el tamaño de las mismas y hacerlas más adecuadas para su contextura corporal. Asimismo, para eliminar los problemas de dolor asociado al peso y otras molestias derivadas de su tamaño.
También, para pacientes que sufren de erupción cutánea debajo de las mamas, dolor en nervios, limitación en sus actividades diarias y problemas de inseguridad o autoestima.
La reducción de mamas se clasifica dependiendo de la técnica y la incisión. Existe la mamoplastia periareolar para senos con hipertrofias ligeras y con incisiones solo en la zona alrededor de la areola. Luego, está la reducción de tipo vertical desde la areola al surco submamario para mamas con hipertrofias moderadas.
Taambién está la reducción de pecho en ancla o también llamada T invertida es adecuada para mamas de varios tamaños, pero la cicatriz es más notoria.
Los resultados de este tipo de cirugía son permanentes, desde el primer momento se percibirá una reducción considerable del volumen de las mamas. Aunque inmediatamente después de la operación los senos estarán hinchados, muy altos en el pecho y lucirán como conos, esa tensión inicial cambiará durante los primeros meses de recuperación.
Cuando la inflamación pase, los pechos adoptarán una forma más natural como de lágrima y el pezón subirá a una posición correcta. La mayoría de las mujeres percibe una notable disminución del pecho las primeras semanas posteriores a la cirugía.
El cirujano se encarga de escoger el conjunto de acciones y procedimientos que mejores resultados darán a la paciente, considerando el estado actual de sus mamas y sus expectativas. Durante la cirugía se hacen cortes, eliminación de tejido, extracción de grasa, remodelación y levantamiento de los pechos.
En la mamoplastia de reducción, el cirujano hace varias incisiones en la mama, por debajo del pliegue inferior y en la areola. Se procede a retirar grasa, tejido mamario y piel para luego llevar el pezón a una posición más elevada y posiblemente reducir la areola.
Puede que se elija combinar el procedimiento con una liposucción para lograr pechos más armónicos, también mejorar la apariencia de las axilas. Por último, se procede al cierre de las incisiones con puntos de sutura.
La operación requiere de anestesia general, la paciente permanece dormida durante toda la cirugía y sin ningún tipo de dolor. Es monitoreada constantemente por un anestesiólogo y demás equipo médico.
Una cirugía de reducción de mamas es una intervención que en promedio dura de 2 a 5 horas. Cada paciente es diferente, así como el volumen de sus mamas. Si la reducción de tejido es considerable, la cirugía será más larga.
Operarse con un cirujano experto y seguir al pie de la letra las indicaciones de cuidados reduce la posibilidad de sufrir algún percance, pero es importante estar al tanto de los posibles riesgos. Uno de ellos es el sangrado, infecciones o coágulos.
Asimismo, las mujeres pueden presentar dificultad para amamantar o incluso imposibilidad para hacerlo, cicatrización lenta, pérdida de la sensibilidad en el pezón temporal en la mayoría de los casos. Todos estos riesgos los explicamos al paciente y dejamos por escrito en un documento llamado “El consentimiento informado del paciente”.
En el preoperatorio la paciente recibe las indicaciones para prepararse para la cirugía y las precauciones que deberá tomar para cuidar su estado de salud antes de entrar en el quirófano. Es un periodo para aclarar dudas y establecer protocolos.
En esta primera conversación con el cirujano, se elabora la historia clínica de la paciente y se responden las preguntas más frecuentes sobre el procedimiento. Es el momento de exponer sus expectativas, por su parte, el médico indicará qué será posible y qué no.
En la primera consulta se describe detalladamente el procedimiento, los resultados y beneficios, riesgos y contraindicaciones. Se examinarán, medirán y tomarán fotografías de las mamas. También, se mostrarán fotos de otros pacientes.
Además de la primera entrevista, durante el preoperatorio el cirujano solicita la realización de algunas pruebas de laboratorio y un estudio mamográfico. Esto servirá para precisar mejor el tamaño y la tersura del tejido.
Puede que se le pida a la paciente someterse a otros exámenes, si se considera prudente. Mientras dure el preoperatorio, se debe cuidar la alimentación, evitar hábitos como el tabaquismo y no ingerir medicamentos contraindicados.
En la fase postoperatoria la paciente deberá guardar reposo y seguir todas las instrucciones del cirujano para cuidar de sus incisiones y evitar movimientos bruscos que pongan en riesgo su recuperación.
Al salir de la operación de reducción de mamas el área se cubre con gasa y vendajes. Puede que se coloque una sonda por debajo de cada brazo que se retirará a los días. Al momento de quitar las vendas, el cirujano pondrá un sostén quirúrgico.
Se recetán antibióticos para prevenir infecciones y analgésicos para el dolor. En los días siguientes la paciente deberá caminar, pero evitar levantar los brazos y la actividad física. Poco a poco las molestias irán disminuyendo y la inflamación irá bajando.
Es común en la cirugía de reducción de pecho que la paciente reciba el alta el mismo día, luego de algunas horas de recuperación y monitoreo. Sin embargo, puede que el cirujano recomiende pasar la noche en la clínica para ser dado de alta al día siguiente, esto dependerá el grado de la cirugía y el estado de salud de la paciente.
La recuperación de una mamoplastia de reducción es paulatina. Las primeras dos semanas la inflamación será menor y al mes las mamas irán tomando un aspecto y posición más natural. La recuperación total puede darse entre los cuatro a los seis meses o incluso un año. Esto para que las cicatrices se hagan menos evidentes.
No obstante, durante ese tiempo la paciente podrá retomar el ejercicio y volver a usar otro tipo de sostenes y la ropa de su elección.
Un pionero en las técnicas de lipoescultura y un reconocido cirujano plástico con especialización en estética y reparación. El Dr. Chavarría encabeza un staff enfocado en el bienestar y la satisfacción del paciente.
Toda cirugía es un procedimiento personalizado y planificado hasta el más mínimo detalle, evaluando las necesidades del paciente, la cantidad de tejido a reducir, el equipo y recursos para lograr una operación exitosa.
Por ello, el precio de una cirugía de reducción de pecho varía de una paciente a otra. En el preoperatorio la paciente recibe el desglose del presupuesto de la reducción de pecho y cualquier duda podrá aclararla con el personal de la clínica.
Estos son algunos casos de elevación de pecho, del antes y después tratados en nuestra clínica. Todas las imágenes son reales para observar con detalle los resultados de esta intervención estética.
Desliza izquierda o derecha, para ver el antes y después
El momento más recomendado es aquel donde las mamas estén totalmente desarrolladas para evitar las probabilidades de una segunda intervención. Se debe tener un buen peso, condiciones de salud favorables y disponer del tiempo adecuado de recuperación.
Es posible una pérdida temporal de la sensibilidad en el área del pezón, pero es solo durante el proceso de recuperación. La posibilidad de pérdida de sensibilidad permanente es baja.
Las cicatrices dependen de la técnica empleada por el cirujano. La mamoplastia de reducción de pecho deja marcas en el pezón y surco mamario que se esconde en el pliegue de la mama. Si la cicatriz es en ancla, será más notoria.
Mujeres con obesidad o en proceso de pérdida de peso, fumadoras, con enfermedades cardiacas y problemas pulmonares, diabetes o cualquier enfermedad que se ponga en riesgo la cicatrización. Tampoco son candidatas las mujeres que estén amamantando.